Ha sido una estancia muy agradable compartiendo el espacio con ellos. Nuestras horarios eran muy diferentes por lo que era casi como vivir solo. Un lujo que solo no me podría permitir.
Atrás queda ya el tener la ciudad a mis pies. El disfrutar de espectaculares amaneceres y atardeceres, como intentan demostrar las fotos. A uno se le alegraba el día cuando tenía una vista como esta.
Atrás quedan también las pulpadas y el enorme salón llego de gente. Que bonitos recuerdos. Y allí se ha quedado también mi colección de botellas de cerveza. Al menos les he sacado una foto para el recuerdo.
Se cierra una etapa y pronto se abrirá otra. Mi actual alojamiento es algo temporal hasta que encuentre un trabajo, lo que determinará el lugar del globo a donde tenga que mudarme. Hasta entonces habrá que arreglarse con lo que toca.
2 comentarios:
Y para donde te vas????
Jobá... Evi
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