Como mola, el tito Nacho acaba de llegar de Japón y me ha traído unos palillos japoneses para comer. Ya tenía ganas de tener unos palillos tan prácticos y bonitos como estos. La decoración es exquisita. Ya se sabe, los japoneses siempre tan entregados en su trabajo. ¡Gracias Nacho!
Lo cierto es que desde que he llegado a Dublín cada vez me he interesado más en la comida asiática. Entre las razones de este interés es que la cocina irlandesa no destaca por su variedad (y la calidad es discutible); los precios de la comida asiática son muy competitivos y la calidad, en la gran mayoría de los restaurantes, es excelente; y por último es que la comida está riquísima.
La comida asiática hay que comerla con palillos. Sin ellos no es lo mismo. Así que estos palillos me vienen genial para cuando toque asiático en casa.
Y ya sabéis, si venís a visitarme algún día y os llevo de cena por Dublín, tener por seguro que alguno de los días tocará asiático. ¿Estaís preparados para usar los palillos?
Ah, Pablo, no me olvido de los palillos que tu me trajíste de China. ¡Todavía los tengo por España!
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