27 agosto 2011

Done

IMG_3160Ayer ha sido mi último día en la oficina. Ha sido una mañana muy ajetreada, pero por la tarde ya he podido relajarme e ir a tomarme unas últimas cervezas con los compañeros de curro. ¿Triste? No, todo lo contrario. Muy contento de irme y deseoso de empezar una nueva etapa. Dos años, diez meses y trece días en RPA han sido suficiente tiempo. Un tiempo en el que he crecido profesional y personalmente. Una experiencia muy positiva, pero donde he llegado al punto en el que no podía seguir progresando. Es hora de empaquetar los bártulos y poner rumbo a un nuevo destino. ¿Cúal? Eso todavía está por determinar. 

21 agosto 2011

Marlay Park y más allá

Hoy me he cogido la bici y he puesto ruta al sur de la ciudad. No tenía ganas de pegarme una gran paliza así que mi salida comenzó muy relajada, propia de un domingo. Me había propuesto ir hasta Marlay Park. Hace ya unas cuantas semanas asistí a un concierto allí y me apetecía descubrir un poco más del parque. Es un parque bastante grande con diversidad de zonas: praderas, zonas más boscosas, charcas, canchas de tenis, campos de rudby o criquet, golf para la familia, parque para los más pequeños y finalmente una casa señorial en cuyo patio hay un mercadillo de comida y artesanía que me sirvió como perfecto lugar para un tentempié. La idea, una vez explorado el parque, era volver, pero estando a los pies de las Dublin Mountains no me pude resistir a explorarlas un poquito.

IMAG0172Hacía ya tiempo que tenía ganas de acercarme a ellas y subirlas, pues en el resto de la ciudad no se pueden encontrar muchas subidas. Tras consultar el mapa me encaminé hacia la carretera adecuada, cambié marchas y comenzé a subir. Fueron 3 km de subida aunque el último con tramos más llanos. La carretera se acababa en el medio de un bosque, con lo que no tenía más opción de subir, pero solo estaba a los inicios de las montañas. Fue muy agradable volver a sentir esa sensación en la piernas. Los 2 primeros km eran una continua rampa de pendiente casi invariable y que, según mis extimaciones, rondaba el 8.5%. ¡Ah, quién pudiera vivir allí con fantasticas vistas a la ciudad!

18 agosto 2011

VSS = grandes cambios

En alguna entrada pasada ya os expliqué lo que es VSS.
Lo cierto es que han sido dos meses pensado sobre que hacer. Esos meses eran el tiempo que teníamos para solicitar la baja voluntaria. Unos cuantos la solicitaron de primeras y desde entonces las bebibas a modo de despedida se han sucedido continuamente viernes tras viernes.
Tras esperar durante más de un mes a ver si mi situación mejoraba decidí tener una charla con mi actual jefe. En ese momento todo se aclaró.
Las cosas en la empresa no van tan bien. Somos una empresa que basicamente desarrolla proyectos para futuras lineas de tranvía o metro. Hemos finalizado las líneas que estaban en construcción, en dos líneas se ha finalizado el proyecto y están en trámites para obtener el permiso de construcción y la tercera linea, la más importante y costosa, tiene el permiso de construcción, pero conseguir financiación para su desarrollo parece cosa de épocas pasadas. Finalmente hay una línea en fase de diseño, pero ante el actual panorama evoluciona lentamente y corre el riesgo de que se paralice el proyecto. La empresa esta a la espera, una excesivamente prolongada y agónica, de que el gobierno tome decisiones sobre los proyectos y con la esperanza de que financie el más barato de todos: la interconexión entre las dos líneas existentes.
Supuestamente el gobierno hablará en Septiembre aunque algunos se muestran excépticos sobre esto. El caso es que el ambiente de trabajo se deteriora día a día y algunos preferimos irnos. Espero que alguno de los proyectos finalmente consiga financiación o mi empresa quedará reducida a operaciones de mantenimiento.
Volviendo a la conversación con mi jefe: me dejó claro que no había ninguna opción para mi de conseguir un puesto como calculista de estructuras ya que hay muy poco trabajo dentro de la empresa en ese puesto y que ni siquiera en los mejores tiempos hubiera tenido una opción. Y en cuanto a puestos en otras disciplinas, pues en ningún momento he tenido ninguna opción. Así pues mi cuerpo quedo liberado de esa incertidumbre que le acechaba: cogeré el dinero y me iré a probar suerte en otros lares.
Y todo pasará en seguida. Mi último día en la empresa será el 26 de Agosto. Recibiré un cheque por aproximadamente el mismo dinero que ganaría trabajando hasta el fin de mi contrato el 31 de Diciembre y además podré cobrar el paro. El plan es sacarme el CAE y posiblemente el IELTS por temas de visados, hacer algún curso sobre los Eurocódigos en el Reino Unido y ponerme a la busqueda de trabajo como calculista de estructuras. Cierto que estos no son los mejores momentos para la profesión, pero el mundo es mi ventana.
Por lo pronto estimo que hasta año nuevo me quedaré por Dublín y espero que a comienzos del año que viene tener ya un destino. Es tiempo de cambios. No tengo miedo a enfrentarme a está nueva situación ya que estoy preparado para ella. ¿Alguién más se anima?

Bicicletas públicas

Las bicicletas públicas en Nantes son exactamente iguales que las bicicletas de Dublín solo que de color naranja. Lo cierto es que tampoco sorprende ya que las Dublin Bikes pertenecen a una compañia francesa.

01 agosto 2011

Concert at Marlay Park

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Datos previos.

Artista: Rodrigo y Gabriela

Puesta en escena: Dos mexicanos tocando guitarra española

Precio: 45€

Pues visto así no parece nada atractivo, ¿verdad? En cualquier caso decidí animarme siguiendo el buen consejo de un amigo. Y no me defraudo; ha sido uno de los mejores conciertos de los últimos tiempos.

IMAG0143 El concierto se celebró ayer en Marlay Park. Un parque bastante grande en el sur de Dublín. La tarde estaba bastante inestable y parecía que en cualquier momento empezaría a llover aunque no hacía frío. Nada más pasar el control de acceso una inmesa carpa de circo de color azul nos recibió. A los alrededores se situaban puestos de comida de todos los tipos, un bar, servicios y unas mesas en donde disfrutar de la comida. ¡Entre los puestos había uno en el que estaban asando un cerdo entero! Mmmm, ¡que rico que estaba!

Como llegamos muy temprano nos dimos una vuelta por los diferentes puestos comiendo y bebiendo algo hasta que nos metimos bajo la carpa esperando ansiosos que el concierto comenzase. Eran las 18:30 cuando un par de chicas locales se subieron al escenario con un par de guitarras (la noche iba de duetos) a amenizar la espera. Su actuación fue tan corta como mi reseña (menos mal).

IMAG0150 La gente ya se empezaba a aglomerar en grandes cantidades y el ver desplegarse una gran tela con el logo Seasick Steve (un campechano señor con larga barba y vaqueros de tirantes tocando la guitarra en estilo comic) en el fondo del escenario nos trasmitió buenas sensaciones a todos: lo bueno comenzaría en unos minutos. Trajeron una gran batería y pusieron una vieja y gran silla de madera no muy lejos. Era una de esas sillas que algún americano tendría en su casa haya por los 70 u 80 y me preguntaba que hacía allí.

La respuesta era clara, era la silla de Steve. Este rockero-blues man con su larga barba y melena, vestido con unos vaqueros, camiseta por debajo de una camisa de cuadros típica americana (que mas tarde se quitaría mostrando sus tatuajes) esta cargado de energía y de historias a sus 70 años. La historia de su vida esta llena de dificultades, abandonando su casa a los 13 años para evitar los abusos de su padrasto y sobreviviendo con trabajos de temporada y de tocar en las calles. Hasta que un día la suerte le sonrio y tras una actuación en un programa navideño del Reino Unido lo lanzo a la fama. Su música esta llena de las historias de su vida a ritmo de blues aderezado con la notas que arranca de sus instrumentos caseros como la Three-String Trance Wander, la One-Stringed Diddley Bow o el Morris Minor Guitar echa con los tapacubos de un Morris Minor.

Y que mejor acompañante de Steve que Dan Magnusson que siguiendo el estilo del anterior se ha dejado larga barba y melena grisacea. En su batería se aprecia un platillo completamente abollado y cuarteado en los bordes y hasta incorpora un par de sartenes de hierro fundido. Y cuando se cansa de la batería simplemente toca la escoba.

Dieron un recital de un poquitín más de una hora con bis incluído derrochando energía y calentando los ánimos al máximo para lo que quedaba de noche.

Minutos de descanso mientras preparaban el escenario. Algunos salieron corriendo a satisfacer necesidades fisiológicas mientras que el resto se acercaba más al escenario para vivir la esperada actuación. El espacio vital se reducía, las cervezas ayudaban a no salir corriendo en busca de aire, y la carpa, a pesar de sus enormes dimensiones, estaba abarrotada hasta donde mi vista alcanzaba. Llevábamos ya cuatro horas de pie, pero el cansancio ni se notaba ante lo bien que lo estábamos pasando.

IMAG0161 Y allí apareció Rodrigo con su guitarra acústica. Y Gabriela asomó por el otro lado del escenario también cargando su guitarra ante los gritos de entusiasmo de nosotros. Y eso era todo, Rodri, guitarra principal; Gabi guitarra rítmica, dos sillas, micrófonos, una tela de fondo y un fantástico juego de luces. No necesitan nada más este dueto mexicano. Su música pasa por temas propios tocados con un vertiginoso ritmo, acompañados con la percusión que ellos mismos crean con sus píes o golpeando la caja de la guitarra hasta versiones de algunos clásicos. Su música es tan grandiosa que no necesitan cantar. Tanto es así que uno de los momentos más espectaculares del concierto fue cuando Rodrigo se puso a tocar los acordes de Wonderwall de Oasis y nosotros, el público, hicimos de cantantes unísonos haciendo la comunicación-complicidad perfecta entre músicos y audiencia. Fue algo mágico que se repitió al final de la actuación cuando en el bis decidieron tocar Whiskey in the Jar (todo un clásico de la cultura irlandesa).

Rodrigo y Gabriela han pasado de ser buskers en Grafton Street (vivieron aquí durante 6 años) a hacer giras mundiales. La merecida fama al fin les ha llegado. Y esto cerraba un circulo perfecto, un concierto perfecto lleno de similitudes (duetos y músicos de la calle) cuidadosamente planeado. Eran ya las 23h y cuando la adrenalina comenzó a diluirse los primeros síntomas de cansancio aparecioron. ¡Menos mal que al día siguiente era festivo!

En mi memoria dublinesa siempre quedarán días como este.