25 noviembre 2008

Mi nuevo hogar II

Aquí estoy para contaros algo más de mi hogar. Sigo sin conocer demasiado a los chinos ya que coincidimos pocas veces en el salón y como Louise (la mujer de Kevin) casi no habla inglés y el inglés de Kevin tampoco es demasiado bueno, las conversaciones nunca son demasiado largas. Por otro lado se ha mudado un chico polaco de dos metros de alto a la habitación que había libre. Es un chico majo y su inglés es más o menos como el mío con lo que podemos hablar fluidamente. Solo que suele trabajar por las noches en un hotel de las afueras con lo que no nos vemos mucho. En fin, un apartamento que disfruto practicamente en solitario.
Smithfield Square con la farolas-velas y los nuevos edificios
Y está situado en Smitfield square. La square es una enorme plaza rectángular pavimentada con adoquines situada unos metros al norte del río Liffey. La zona norte de Dublín no es tan agradable para vivir como la zona sur, pero aquí derribaron las viejas edificaciones hace unos pocos años y construyeron Smithfield Market para revitalizar el barrio. Todavía hay muchas cosas que mejorar en los alrededores, pero ciertamente los edificios han dado un nuevo y revitalizante aire a la zona. En un extremo de la square está la parada del LUAS que uso todos o casi todos los días para desplazarme por la ciudad. En el otro extremo se situa un pub irlandés con bastante historia detrás llamado Cobblestone (adoquín en inglés). Ya os he contado algo acerca de este pub y en otra ocasión os contaré más cosas.
Complejo de la Old Jameson Distillery reformado
En el lado este de la square se situa la vieja destilería de la Jameson. La gran superficie en ruinas de la vieja factoría fue reformada hace unos años conviertienda en zona residencial y conservando una pequeña parte que se usa como museo del famoso whisky. Lo más llamativo es la vieja chimenea de ladrillo en la cual se ha instalado un mirador y que domina toda la plaza. Justo enfrente, al lado opuesto de la plaza, se situa la torre de los modernos edificios. Justo delante han puesto unas enormes farolas que parecen velas de navíos y que dan mucha personalidad a la plaza. En los meses de invierno se ubica una pista cubierta de patinaje sobre hielo para entretenimiento de los dublineses. Y en concordancia con la ciudad el precio no es módico precisamente. Algo que choca con la gran sensación de que Dublín es más un pueblo grande que una ciudad. Muestra de ello es la feria caballar que se celebra en la plaza el primer domingo del mes tal y como se hacia en los viejos tiempos. En los días siguientes podemos todavía respirar y observar los restos de la presencia de los nobles animales. Aunque no son unos caballos muy hermosos o robustos. Yo no entiendo de caballos, pero se parecen a los percherones y también se pueden ver algunos ponis.

By the way, aquí podeís ver algunas fotos de cuando estuve de paseo por Glendalough.