Huddling place by Clifford D. Simak, publicada en 1944. Clifford recrea un mundo futurísta como el que casi estamos viviendo ahora. Un mundo en donde las videoconferencia y la realiadad virtual hacen innecesario el salir del acogedor salón de tu casa. Con simplemente pulsar los botones adecuados o dar las órdenes indicadas puedes estar en cualquier parte del mundo, así pues porque molestarse en perder horas viajando. Algunas personas podrían llevar hasta el extremo esta situación y no salir nunca de sus casas. Habría nacido un nuevo síndrome: el tener pánico a abandonar tu casa y estar en contacto físico con otras personas.
Arena by Fredric Brown, publicada en 1944. Esta es una historia de una tensión increíble. Dos razas intelegentes pero diametralmente opuestas están a punto de destruirse completamente y, una ser aniquilada y la otra sumirse de nuevo en la ignorancia. En ese momento un ser superior (algo así como un Dios) escoge un individuo de cada raza para que se enfrenten y decidan el destino de sus congéneres. ¿Te imaginas siendo esa persona que tiene en sus manos la salvación o la destrucción de la raza humana? ¿Como ganarías a un ser que es la primera vez que ves, del cual no conoces absolutamente nada y que te resulta tan extraño e incomprensible que no sabes como actuar?
First contact by Murray Leinster, publicada en 1945. A todas horas estamos buscando señales de vida extraterreste, en exploraciones de planetas, busqueda de radioseñales o avistamientos OVNIs verídicos, pero nada parece fructificar. Existe la posibilidad de que en un viaje tripulado de investigación por la galaxia tras la vuelta de un sistema dual de estrellas nos encontremos cara a cara con una nave de otra raza inteligente. ¿Como actuaríamos en ese momento? Estos seres podrían aparentar amistosos y en cuando descubrieran nuestras debilidades y la posición de nuestros planetas aniquilarlos. O nosotros podríamos hacerle lo mismo a ellos llevados simplemente por la estupidez humana. Es una situación en tablas. Nada de lo que ellos digan nos lo creeríamos y nada de lo que les contemos se lo creeran. Tampoco podemos regresar a nuestra base pues podrían rastrear nuestra ruta y despues mandar sus flotas a destruirnos o viceversa. ¿Como deshacemos este embrollo sin destruirnos mutuamente?

1 comentario:
El tener pánico a abandonar tu casa ya existe, se llama agorafobia... ;P
Publicar un comentario